El equipo de gobierno de Marratxí ya anunció antes del pleno, que aprobaría unos presupuestos inferiores a los de 2013, pero no mencionó los incrementos del IBI y de suministros como el agua, que han hecho que vivir en Marratxí sea mucho más caro. El alcalde Oliver puede que no note este encarecimiento, al compaginar su función pública con un trabajo privado remunerado.
Estos presupuestos forman parte de la opacidad y autobombo de un alcalde que no ha intentado consensuar ninguna partida y, como toda la acción del alcalde Oliver, no ha contado con la participación de nadie, salvo su equipo. Por eso, además de electoralistas, son unos presupuestos que carecen de realidad y participación.
Por si no fuera suficiente, en la nueva web del Ayuntamiento, que también han publicado de forma unilateral y sin comunicación ni transparencia alguna, no figuran las actas de los plenos, ni los presupuestos aprobados esta semana. Es decir, que los ciudadanos de Marratxí no saben a día de hoy en qué va a gastar el dinero el actual equipo de gobierno, al menos hasta mayo. Pero esto cambiará a partir de mayo.
Si los Socialistas ganamos las próximas elecciones, estos habrán sido los últimos presupuestos irreales y unilaterales. Van a explicarse a los ciudadanos todas las medidas y partidas que tomará el Ayuntamiento, y se abrirá a la participación la elaboración de presupuestos, como ha hecho Xisco Miralles en Algaida. Y, por supuesto, todas las cuentas públicas, actas y presupuestos se publicarán en una web que sí estará disponible en los dos idiomas, y donde tendrán cabida todos los grupos del Consistorio. Marratxí merece ser un municipio de primera, y la candidatura encabezada por Miquel Cabot representa el cambio seguro.
